¡¡¡YAMAMIENTO!!!

Artistas del mundo, hombres, mujeres, niños y niñas, humanos todos.

Cuán difícil se ha convertido nuestra labor en esta era de comunicaciones, cuan difícil se ha vuelto el aleccionar y maravillar al espectador con nuestra obra, en una sociedad global, plagada de información y bombardeos continuos con todo tipo de imágenes, cuando antiguamente el pueblo solo podía contemplar las obras artísticas o artesanales de su pueblo o ciudad. ¿Cómo superar el impacto que provocan a diario los cientos de imágenes que se proyectan ante nuestros ojos? ¿Cómo pedirles a las personas que se esfuercen en diferenciar y valorar las cosas industriales, de las únicas y de calidad que ha realizado un artista?

El artista siempre ha evolucionado con la sociedad en que vivía y aquellos que mejor comulgaban con los pensamientos que reinaban en su época, son los que mejor vivieron, siendo normalmente los que han quedado en la historia. Por ello, en nuestra ajetreada, impactante y estresante sociedad, el antiguo modelo de artista no tiene cabida y se ve relegado al último puesto, mientras que aquellos que comulgan con este siglo impersonal y consumista, gozan de mayor prestigio y fama.

              Y Tú, ¿Dónde te encasillas?

Melquiades